Con el inicio de COVID-19, los Scouts siguieron buscando formas de seguir progresando en el escalafón. Las órdenes de quedarse en casa y las ordenanzas de distanciamiento social han obstaculizado la capacidad de avance de muchos Scouts. Más concretamente, los scouts que se acercaban rápidamente a cumplir 18 años se preguntaban cómo iban a poder completar sus proyectos Eagle a tiempo.
Uno de esos candidatos en WLACC fue Marshall Ponder, de la Tropa 307. Su proyecto estaba previsto para el fin de semana del 26 al 28 de marzo, una semana después de que el Estado de California anunciara la orden de refugio en el lugar. Después de ponerse en contacto con su jefe de tropa y su consejero Eagle, no se pudo dar una respuesta definitiva sobre posibles soluciones. Poco después, el Consejo Nacional concedió una prórroga para los Scouts en la cúspide de la edad que intentaban completar sus proyectos durante el inicio del COVID-19. Una vez completadas las insignias al mérito y los requisitos de liderazgo, se aprobó la solicitud de ampliación de Marshall.
Marshall fijó entonces las fechas de los días 13 y 14 de junio para terminar las obras de su proyecto. Sin embargo, el condado de Los Ángeles se ha visto profundamente afectado por la pandemia, y la mayoría de los locales han tardado mucho en abrir. Además, Marshall no sólo tuvo que asignar un socorrista para el proyecto, sino que también tuvo que asignar un monitor COVID-19 para garantizar que el proyecto se ajustaba a la normativa y las normas de seguridad de California. Marshall se tomó el tiempo necesario para revisar los protocolos con los monitores y proporcionó a los trabajadores información sobre cómo llevar a cabo el proyecto de forma segura. El proyecto se llevó a cabo sin contratiempos, asegurándose de que las personas que colaboraban en él se distanciaban socialmente y llevaban el equipo de seguridad adecuado.
El beneficiario elegido por Marshall fue la Primera Iglesia Presbiteriana de Granada Hills, organización patrocinadora de la Tropa 307. La tropa se fundó en 1955 y los scouts disfrutan devolviendo a su patrocinador. La Iglesia dispone de bancos para que sus miembros puedan disfrutar sentados al aire libre junto a una fuente o al sol de la camaradería que ofrecen sus compañeros. Para devolver los bancos a su uso, el proyecto necesitaba realizar tres tareas: limpiar la madera de los materiales acumulados a lo largo de los años, lijarla para asegurarse de que se eliminaban las astillas y la veta quedaba abierta, y aplicar el aceite para madera adecuado para la conservación del banco. Los bancos parecían nuevos cuando se pintaron y servirán para relajarse durante años.
